El Liverpool se quedó con el mal sabor de boca, peleó hasta la última fecha, dió lo mejor que tenían hasta el último minuto, sacaron el partido adelante cuando parecía más difícil, pero los Citizens con una tarde de infarto, lograrían llevarse el título a las vitrinas del Etihad Stadium.
El Liverpool jugó el primer tiempo con el cuchillo entre los dientes y con una defensa floja. Los Wolves aprovecharían la primera ocasión para sumar en el marcador, con una jugada brillante del mexicano Raúl, daría la asistencia a Pedro Neto para marcar el 0-1 apenas iniciando el partido (3´).
Los Reds empezarían a atacar con todos los jugadores posibles, con llegadas de ambos laterales como nos acostumbran, con Thiago enchufado, y con Lucho Díaz que es el jugador más peligroso de Klopp en estos momentos. Empezarían a tener ocasiones de gol, pero eso desequilibraría a la defensa, los Wolves tuvieron el 0-2 que pudo haber metido más presión a los de Klopp.
El Liverpool no podría con la defensa de los Wolves hasta que el español Thiago sacaría un pase con toda la clase que tiene que dejaría a Mané solo contra el portero y este no perdonaría, marcando así el empate en Anfield y revivir las esperanzas de ganar ese hermoso título.
La segunda mitad no cambiaría mucho, sería el mismo encuentro disputado, peleando cada balón, con llegadas y ataques de ambas escuadras, pero los Reds ya no contarían con Thiago ya que saldría del campo de juego.
Con el partido trabado y con necesidad de cambiar el marcador ya que los Citizens estaban perdiendo el encuentro por 0-2 en esos momentos, Klopp decide meter al egipcio de gran temporada, entraría Salah por el portugués Diogo Jota y más adelante entraría Firmino por Keita (70´), todo el ataque necesario para cambiar el resultado.
Mientras los Reds se jugaban el todo o el nada, no tenían idea de lo que ocurría en el Etihad Stadium, en tan solo cinco minutos cambiaron el resultado a favor por 3-2, esto metería más presión a los de Klopp.
A falta de 10 minutos, los Reds le darían vuelta al marcador por 3-1, con goles de Salah y Robertson, pero esto no sería suficiente, los Sky Blues ya tendrían el encuentro ganado, dejando así sin oportunidades a los Reds que lucharon hasta el final.
El Liverpool estuvo a nada de conquistar todos los títulos de Inglaterra, una temporada excelente de inicio a fin, nada que reclamar a los jugadores de Klopp. Ahora les tocara concentrarse y prepararse para la final de Champions League contra el Real Madrid, los Reds tendrán su revancha.